Próximamente planeo convertirme en viajera de tiempo completo.

 Despierto, en parte porque sé que tengo un compromiso temprano, el cuerpo que quiere correr, que ya descanso un día luego de correr 5 kilometros en multitud y camino otros 7 por el puro placer de caminar entre esta ciudad que tarda en despertar como cada domingo.

Pienso en lo mucho que disfruto el tiempo a solas, pienso en la noche de ayer, en la compañia, en las amistades, en los locutores de reactor 105, la colectividad, qué se podría hacer para recuperar el tejido social, los conflictos armados y el libro que estoy leyendo. En ti, que ya no me contestaste ese ultimo mensaje de Whatsapp, pero imagino fue porque estabas ocupadx, haciendo algo que te hace muy feliz y eso me pone más feliz, saber que estás haciendo cosas que te mantienen ocupadx y te ayudan a ser un mejor ser humano, en lo mucho que me llena viajar y caminar, a pesar del clima. 

Bebo un Flat White con un latte art sencillito, pero para mi es arte, porque sé que lleva sus errores lograr algo que aparenta ser tan sencillo y sutil.

Disfruto el silencio y ver la gente pasar.

Próximamente planeo convertirme en viajera de tiempo completo, o ¿es qué ya lo soy?

Llendo de una app a otra, de una conversación a otra, se una vida a otra, entre algoritmos, deportistas, de memes, de drama narcisista, falsedad, en busqueda de aceptación, festejos de cumpleaños, conciertos vistos a través de un rectangulo de dispositivo, cortes de canciones de menos de 15 segundos que adoctrinan pensamiento, hacen reir o descontextualizan algo en su totalidad, el infinito scroll.

Y tu cuello. 

Y las dos palomitas azules.