pruebas psicométricas

Vivimos en una sociedad del rendimiento dice Byung-Chul Han y yo lo confirmo día con día.
Estoy terminando de realizar algunas pruebas psicométricas pues en estás semanas entre en un proceso de selección para una vacante laboral. Hoy te contaré en este momento de pausa un poco de mi experiencia en todo este proceso.
Que vaya que tiene un poco de historia y me remonta a esos seis meses dónde estuve en el área de contratación de personal a la que llamaban recursos humanos, que de humanos no tenían nada. En fin. Lo que te quiero compartir hoy es el malestar que me género realizar algunas de estas pruebas y verdaderamente ahora que lo analizo, no fueron las pruebas en si mismas, sino que estaban cronometradas. Me puso a dudar totalmente sobre cada respuesta que seleccionaba las pruebas algunas de razonamiento matemático, razonamiento lógico, razonamiento moral. Y más puesto que estaba bajo mi propio autoanálisis, digamos que no solo contestaba la prueba, también a la par me intrigaba el porqué y para que de las pruebas seleccionadas. No conozco a muchxs colegas que se dediquen real a la cuestión de la evaluación de pruebas psicométricas, si a quienes las aplican y a quienes mediante una entrevista en profundidad deciden si eres apto o no para tal o cuál puesto.

Recordé, aquella clase de métodos cuantitativos V en dónde nos autoaplicamos pruebas psicométricas y las interpretamos como parte del proyecto final. 

Aún no había desayunado,  pues tuve cita en la mañana, luego la entrevista y fui caminando a la tintorería por los kilos de cobijas y ropa decembrinas en dos tantos, me sentía asoleada, con hambre y sobreanalizando las respuestas que tenía frente a mí. 

También pensaba de camino, todo lo que implica vivir dónde vivo, el no tener un automóvil y tener que caminar bajo el sol, es decir, no me molesta caminar, pero en el fondo siempre he ido a lugares más lejos de casa, la escuela, los trabajos. Tal vez eran los kilos de ropa que llevaba cargando los que hicieron que me irritara el calor.

Desde hace tiempo vengo pensando en colectivo, en les vecinxs, la persona que va del otro lado de la acera. Ayer ví un tik tok, de mensajeros urbanos, un canal que se volvió muy popular por ahí de 2014-2015 no recuerdo bien. En el vídeo se ejemplificaba con sillas y personas un poco el acceso a las oportunidades, lo cual me hizo recordar la primera vez que logré incorporar mucho más del entorno a mí comprensión, el primer taller en CAOPE, dónde se ejemplificaba con personajes y las características de estos, la interseccionalidad, las jerarquías sociales, el acceso a oportunidades la mejora en tanto redes de apoyo.

También pensé en lo mucho que implica el cuestionar el amor romántico y las relaciones de dependencia.

Bien.
Ahora que tienes un poco de contexto, todo tiene quizá un poco de mayor sentido para ti. Y nuevamente mi malestar es para con el rendimiento, a todo momento nos sometemos a mejoras de forma voluntaria, de juego en la virtualidad. 

Creo firmemente que la evolución y el desarrollo son parte de la vida, luego veo a dónde nos ha llevado como humanidad el crecimiento desigual e injusto, aquella idea de pretender hacer algo para que no se siga perpetuando en este sistema aveces me abruma demasiado. 
Por ello me ofusque al contestar las pruebas. 
Estoy en desacuerdo con la manera en la que sé que se manejan los recursos humanos dentro de las empresas,pues muchos distan de ser eso, humanos, apegarse a los derechos, a la dignidad humana, que pese a que desde hace décadas se pretende, (en menor medida y con leves campañas publicitarias por parte de organizaciones mundiales) integrarlos en nuestra cotidianidad y día a día, aún operan otras reglas.


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